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domingo, 18 de noviembre de 2012

Se evapora el anhelo K de la re reelección indefinida

 
Se esfuma el proyecto de re-reelección por el rechazo social y la negativa de Cristina 

La caída del kirchnerismo en los sondeos le impide alcanzar los dos tercios que necesita en el Congreso para reformar la Constitución. El rol del PJ. El proyecto reelectoral de Cristina Kirchner se está desvaneciendo. Así lo indican las estadísticas de renovación parlamentaria, la coyuntura política y los pronósticos electorales. De esta manera, la re-re se convertiría en la primera víctima que deja en el camino el multitudinario cacerolazo del 8N.

Poco después del triunfo electoral de 2011, desde algunas usinas kirchneristas se comenzó a especular con la posibilidad de reformar la Constitución para habilitarle a la Presidenta la posibilidad de pelear por un tercer mandato. El rechazo social que generó esa posibilidad, evidenciado en los sondeos de opinión difundidos y enarbolados como una de las principales consignas de los cacerolazos, le quitaron envergadura. Sin embargo, los límites no son sólo coyunturales. La matemática también pone su freno. Para habilitar la posibilidad de una reforma constitucional hace falta el voto de dos tercios de los miembros de ambas cámaras. Hoy eso es inalcanzable, más aún luego de que 28 senadores y más de cien diputados de diferentes fuerzas de la oposición se reunieran para firmar un documento en el que se comprometen a rechazar todo intento reformista. Los cálculos, tomando como referencia los últimos dos antecedentes electorales, también son un freno. Tanto con el desempeño de 2009 (el más bajo del kirchnerismo desde que se consolidó en el poder), como con el de 2011 (el más alto), los números le juegan en contra. “Estamos preguntando a la gente una aproximación sobre si votarían al oficialismo o a la oposición, y los números son peores para el Gobierno que unos meses antes de la elección de 2009”, relató Mariel Fornoni, de Management & Fit. En la previa a las elecciones donde Francisco de Narváez le ganó a Néstor Kirchner, esa consulta le daba 27% para el oficialismo y 53% para la oposición. En la última encuesta, de octubre, sólo el 23,5% se siente más próximo a votar al kirchnerismo y 56,2% a la oposición. “Hoy por hoy la posibilidad de la re-re está cerrada”, concluyó. En el mismo sentido se expresó Carlos Fara: “Me parece que el escenario no va a ser tan bajo como el de 2009, pero sí bastante por debajo del de 2011”. De todas formas, consideró que en los grandes distritos, que es donde más diputados tiene chances de conseguir el kirchnerismo, el panorama “es más cercano a 2009”. Ambos consultores coincidieron en que los grandes distritos son terreno minado para el Gobierno, en especial Capital, Santa Fe y Córdoba. En provincia de Buenos Aires es donde las expectativas son apenas más alentadoras, pero no dejan de ser complicadas. “Al Gobierno, con Alicia, le va a costar superar el 32% de Néstor de 2009”, sostuvo Fara, quien puso la mira en lo que haga Sergio Massa. Y no es un detalle menor. En el peronismo comenzaron a verse señales de que algunos están pensando en una eventual sucesión. Daniel Scioli, José de la Sota y Juan Manuel Urtubey ya expresaron sus intenciones presidenciales. Y muchos otros comenzaron a tender puentes por lo bajo, dando por entendido que no habrá una continuidad de Cristina. Este panorama, difícilmente, saque el tema de la agenda política. Por un lado, hay un sector del Gobierno que, aunque la Presidenta no quisiera un tercer mandato, lo va a seguir promoviendo para que no le licuen el poder. De hecho, en una reunión en Olivos, Cristina les transmitió a sus interlocutores que no tendría intenciones de seguir tras 2015. Invocó tanto razones políticas como personales. Por otra parte, la oposición tiene previsto que la re-re sea parte de la campaña electoral. Los analistas coinciden en que le restaría votos al Gobierno. Tanto Fornoni como Fara, al igual que muchos otros colegas suyos, tienen encuestas que muestran el rechazo social a la re-reelección. Para Management & Fit, el 82,6% está en desacuerdo con una reforma constitucional que incluya esa modificación. Los números de Fara muestran un rechazo del 70%, que se viene sosteniendo todo el año. Incluso en 2011, en el mejor momento de Cristina, esa cifra ascendía al 62%. Eso se transformaría en la piedra final en el camino. Si consiguiera los dos tercios para habilitar la reforma constitucional, en el momento de elegir a los constituyentes tendría dificultades para alcanzar la mitad más uno de los votos que necesitaría. Igual, incluso repitiendo las elecciones de 2011 (a pesar de que en una elección legislativa el voto al oficialismo siempre es menor), alcanzaría con lo justo los dos tercios en Diputados pero quedaría a tres o cuatro votos en el Senado. Es en la Cámara alta donde tiene las mayores dificultades: se eligen senadores en ocho provincias (dos por la mayoría y uno por la minoría). A los 43 votos a los que podría llegar hoy le sumaría uno en Santiago del Estero y en Salta (podría sumar otro en Río Negro, si el rival es radical K). En cambio, perdería uno o dos en Capital y Tierra del Fuego (también podría perder uno en Neuquén). Así. no podría llegar a los 48 votos que necesita. Así, matemática y contexto social confluyen inexorablemente.

viernes, 9 de noviembre de 2012

#8N: Multitudinaria protesta en todo el país


Fue multitudinario en todo el país el cacerolazo contra el Gobierno
 
 Decenas de miles de personas expresaron su malestar por la inseguridad, la corrupción y una eventual re-reelección, entre otras demandas; el epicentro fue el Obelisco, pero hubo más de 100 concentraciones; la Presidenta no se refirió a la marcha Con un amplio y variado abanico de reclamos, pero, sobre todo, unidos por el descontento con la gestión de la presidenta Cristina Kirchner, cientos de miles de personas se movilizaron ayer en diferentes ciudades de todo el país en la protesta denominada 8-N. El epicentro de la marcha, convocada desde las redes sociales, se dio en Buenos Aires, aunque con algunos focos bien distinguidos: la Casa Rosada y el Obelisco, y la quinta de Olivos, donde la Presidenta continuaba anoche con su agenda, mientas en los alrededores el batir de cacerolas expresaba la melodía de la disconformidad. La movilización impactó con fuerza en otras grandes urbes de la Argentina, como Rosario, Córdoba y algunos municipios del conurbano bonaerense. Así, el 8-N se convirtió en la mayor protesta en contra del kirchnerismo desde su llegada al poder, en 2003. Desde el Gobierno no hubo una reacción oficial tras la marcha. En un acto previo, la Presidenta evitó aludir ayer a la protesta, aunque señaló: "A no aflojar nunca, jamás, ni en los peores momentos. Porque en los peores momentos es que se conoce a los verdaderos dirigentes de un país.

 
Hay que seguir tirando para adelante, por más democracia". Con las banderas argentinas en alto, aferrados a sus carteles, cientos de miles de personas se congregaron en el Obelisco y desde allí llegaron a la Casa Rosada por Diagonal Norte. La bronca era una pancarta con miles de mensajes. Se desarrolló así en casi todo el país. Las consignas diferían y se multiplicaban: había quejas enardecidas por la negación oficial de la inflación y por sus consecuencias en bolsillos que aparentan cada día más flacos. Hubo también protestas por la corrupción y por considerar que existen cada vez más atropellos a las libertades. Video: Multitudinaria protesta por el 8N (TN) Se percibió, además, la necesidad de un sector de la población de plantar bandera y exhibir su férrea oposición a una eventual re-reelección de Cristina Kirchner. La figura presidencial fue, en ocasiones, un blanco excesivo del vituperio público. Pero Cristina no fue a la única funcionaria que apuntaron los manifestantes: los reproches alcanzaron a la "inacción opositora" y al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, acusado desde afiches callejeros por "un pacto con los K" en la Legislatura porteña. Fue la inseguridad otro motivo central que empujó a la gente a las calles. Los familiares de víctimas por robos u otros imprevistos reclamaron por Justicia, a veces, aferrados a la foto de la tragedia, como si hiciera falta una prueba de su experiencia triste y traumática. Hubo otras demandas puntuales: como una suba salarial a los jubilados; elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias; quitar el cepo a la venta de dólares, y activar la negociación para repatriar la Fragata Libertad, el buque escuela símbolo del país que está aún anclado en el lejano puerto de Tema, en Ghana. A diferencia del cacerolazo del 13 de septiembre pasado, que resultó mucho más masivo de lo que se esperaba, el de ayer careció de espontaneidad. Fue organizado desde las redes sociales con antelación, lo que le garantizó una multitud de adherentes, sobre todo en las capitales provinciales. La protesta también se extendió a otros países, donde argentinos residentes en el exterior vieron una oportuna posibilidad de expresar su malestar con las políticas kirchneristas. Empantanados todavía en discusiones internas, los principales partidos de la oposición intentaron capitalizar la gigantesca movilización de anoche. Pro, de Macri, fue el que jugó más fuerte y el que aportó más condimento proselitista. El jefe de gobierno porteño impulsó la manifestación con panfletos distribuidos en 100 esquinas estratégicas de la ciudad y con la participación de dirigentes de su gabinete mezclados entre los manifestantes. También movilizaron adeptos Unión por Todos, de Patricia Bullrich, y el gremio de los trabajadores rurales, de Gerónimo Venegas, una voz de mando en la CGT de Hugo Moyano. Hubo adhesiones a la protesta del Frente Amplio Progresista (FAP), la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y de otros partidos opositores. Ninguno de estos sectores apostaron tan fuerte como el macrismo y prefirieron mantenerse al margen de la marcha. Desde el kirchnerismo se criticó con fuerza la intromisión opositora. El legislador porteño Juan Cabandié denunció que Pro repartió remeras para asistir al cacerolazo. Y el dirigente Luis D'Elía ensayó una teoría conspirativa: "Hay sectores que no creen en la democracia, entre ellos el Grupo Clarín y sectores procesistas". Se intentó, además, vincular la organización del 8-N con los sindicatos opositores y con el periodismo no afín al Gobierno. "Digamos no al golpe de Moyano, Magnetto y Barrionuevo", decían unos afiches amarillos con letras negras que empapelaron el centro porteño. El enfrentamiento entre el Gobierno y Clarín se reflejó en las calles. "Basta de prepotencia: no somos Clarín, no somos Moyano, somos ciudadanos", expresaba una pancarta que colgaba en una de las vallas que rodeaba la Plaza de Mayo. Muchos de los manifestantes gritaron su bronca hacia los ventanales de la Casa Rosada, que asistía muda e iluminada a la procesión del descontento.

  
Claves de una noche que marcará el futuro 

El impacto del cacerolazo en todo el país 

Movilización masiva 

El despliegue de gente se sintió fuerte en el Obelisco, en municipios del conurbano y en las capitales de provincia

El Gobierno, preocupado 

La Presidenta hizo un acto temprano y no aludió a la protesta. Anoche crecía el temor en el kirchnerismo por la magnitud de la protesta

La oposición 

Los principales dirigentes impulsaron la marcha, pero evitaron mostrarse por miedo a ahuyentar manifestantes Los números del 8-N

250.000 Personas

Hubo aproximadamente alrededor del Obelisco en el momento de mayor afluencia.

118 

Fueron las movilizaciones que se hicieron sentir a lo largo del país. La gran mayoría, en la provincia de Buenos Aires.

 Los carteles más reiterados 

"Basta de matar" 

"Prensa libre; Justicia independiente" 

"La Constitución no se reforma, se respeta"

"La Fragata no se vende"

"Stop corrupción" 


jueves, 8 de noviembre de 2012

Tensión a horas del 8N

 
Tensión antes del cacerolazo contra el Gobierno 

El kirchnerismo descalificó a los manifestantes, pero hay una creciente preocupación; apoyo de la oposición 

En un nuevo desafío para la presidenta Cristina Kirchner en menos de dos meses, hoy se realizará un segundo cacerolazo en todo el país en protesta contra la gestión del Gobierno. Al igual que la primera manifestación, el llamado 8-N fue convocado a través de las redes sociales, aunque el oficialismo acusó a la oposición y a los medios de comunicación no kirchneristas de ser los impulsores de la marcha. A diferencia de la manifestación del 13 de septiembre pasado , la de hoy se desarrollará en un clima más turbio, teñido por la polémica que se desató entre oficialistas y opositores sobre la naturaleza de la protesta. Esta crispación anticipa un cacerolazo con una mayor carga política, aunque el grueso de los partidos opositores -salvo Pro, de Mauricio Macri- decidió que no participará de la marcha para no teñirla de partidismo. La principal protesta será en el Obelisco, hacia donde los manifestantes marcharán a partir de las 19 desde distintos puntos de la ciudad. Hay convocadas marchas similares en todas las capitales provinciales y en municipios de todo el país. Si bien las consignas del cacerolazo de hoy son las mismas que las de septiembre -rechazo a la inseguridad, a la inflación, a una eventual reelección de la Presidenta, a la corrupción y al cepo al dólar-, en el último tiempo se percibió un aumento de la crispación social provocado por algunas medidas que tomó el Gobierno. Entre ellas, por ejemplo, las mayores restricciones que impuso el Gobierno a la compra de moneda extranjera; la presión del oficialismo a la Justicia para imponer un juez afín que resuelva a su favor en la causa sobre la ley de medios; el embargo de la Fragata Libertad en el puerto de Tema, en Ghana, a pedido de los fondos buitre, y la pérdida continua del poder adquisitivo del salario por la inflación y la falta de actualización del impuesto a las ganancias. En las vísperas de la manifestación de hoy, el cruce de opiniones entre oficialistas y opositores recalentó ayer las redes sociales y los medios de comunicación. El Gobierno y el oficialismo buscaron desnaturalizar la protesta al endilgarla a supuestos sectores de derecha que la motorizan. La oposición, en cambio, la reivindicó y acusó al Gobierno de no escuchar el reclamo de la gente. La Presidenta evitó referirse explícitamente al cacerolazo, aunque anteayer, en un acto en Casa de Gobierno, insinuó una crítica hacia quienes cuestionan su gestión. "Lo único que les pido a los argentinos es que hablemos con la verdad y si no les gusta el Gobierno por los derechos humanos, decí que es por los derechos humanos. Y si no te gusta el Gobierno porque los que antes eran pobres y vos podías contratarlos a dos mangos y ahora no podés, decilo también", dijo. Si bien el oficialismo busca relativizar el cacerolazo de hoy y decidió no realizar ninguna contramarcha en defensa del Gobierno, tampoco se mantiene estático. La organización ultrakirchnerista Unidos y Organizados inundó desde ayer los principales puntos de la ciudad con afiches que rezan "Todos con Cristina. Democracia o Corporaciones", al tiempo que repartía folletos sobre las bondades de la ley de medios. En forma paralela, dirigentes kirchneristas salieron a denostar la protesta. "Mañana los tilingos del 8-N van a juntar gente, van a decir que hay 20 veces más y ahí comenzará la diatriba golpista", escribió Luis D'Elía en Twitter. En tanto, el senador Aníbal Fernández insistió en que no le cabe "ninguna duda" de que la movilización de hoy "es un invento de la extrema derecha paga". En similar sentido se pronunció la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, al advertir que quienes participen del cacerolazo "no son grupos marginales", sino "grupos de poder". "Mañana (por hoy) sale una minoría de la sociedad -señaló, por su parte, el diputado Edgardo Depetri-. Es la marcha del «todo negativo»." En la oposición, los más activos en promover la protesta fueron los de Pro. "El 8-N vayamos con una sola bandera, la Argentina", invitó Macri. "Basura amontonada, semáforos rotos, negocios inundados. ¿Qué tal una bandera que diga... gobernantes a laburar'?", le respondió el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Desde la UCR, su presidente Mario Barletta, el diputado Mario Negri y el senador Ernesto Sanz reivindicaron la protesta. "Su verdadero gestor es el Gobierno, con sus mentiras sobre la inflación, la corrupción, la inseguridad y el atropello a las instituciones", dijo Negri.

El mapa del cacerolazo 

La Capital será epicentro de las manifestaciones de esta noche, pero también se prevé que haya reclamos en todas las provincias del país y hasta en el exterior Si bien está previsto que el cacerolazo de esta noche confluya en el Obelisco, desde hace varios días, distintos grupos en las redes sociales y en páginas web que promocionaron la marca 8-N difunden lugares de encuentro para protestar. Además del microcentro porteño, habría manifestaciones en Recoleta, Caballito, Villa Crespo y Belgrano, según sitios relevados En paralelo, habría reclamos en provincia de Buenos Aires, en varias ciudades del interior, y también en el exterior.


También en Mundo

 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La campaña kirchnerista para descalificar las protestas

 
La campaña kirchnerista para descalificar las protestas 

La construcción K de la imagen golpista del 8N 

Los medios pro-kirchneristas denostan el próximo cacerolazo con insólitas comparaciones. La demonización de la derecha. Pando, Astiz y Massera. Según explican los organizadores, el 8 de noviembre se eligió casi al azar, en un intento por dar respiro después de la multitudinaria marcha de septiembre, pero también para alejarse del (y adelantarse al) 7D. Pero la usina de medios K, la elección tiene otra interpretación, algo más conspirativa: ese día es el cumpleaños del exrepresor Alfredo Astiz y el segundo aniversario de la muerte del exalmirante Emilio Massera. Ambos datos ya son motivo de sobra para afirmar que es la "derecha" y los "sectores procesistas" los que convocan a un "golpe de Estado" contra el Gobierno. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, no sólo habló de las preferencias por Miami de la clase media después del primer cacerolazo. El funcionario que reparte la pauta K señaló en 6.7.8 que "en otros tiempos estos manifestantes recurrían a golpes militares, hoy lo hacen a los grandes medios para mantener esos privilegios". Del mismo modo piensa su antecesor, el hoy senador Aníbal Fernández: "El 8N es un invento de una facción de ultraderecha paga". El exministro consideró que la protesta está "financiada por la Fundación Pensar, por gente de la Sociedad Rural y por viejos remanentes de lo que fuera el golpe militar". Golpistas en la calle. La prensa oficialista como Tiempo Argentino, de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, dedicó varias páginas este fin de semana para denostar la protesta, a pesar de que promete ser apolítica, multisectorial y pacífica, según apuntan las convocatorias. Tiempo Argentino publicó este domingo dos sugestivas notas: "Quiénes son los grupos que agitan la movilización opositora" y "Convocatoria de componente militar y sectores procesistas". Para el diario, se "alienta a marchar con consignas golpistas", al tiempo que subraya como dato de color: "Golpe de Estado: desde varios sitios se llegó a pedir que las Fuerzas Armadas dieran un golpe de Estado el 8N". El periódico afirmó que "desde estos sitios surgen las proclamas antidemocráticas de claro tinte fascista". También apuntó contra fundaciones, como Despertar, cuyo director -según el diario filo K- es el exmarino Aníbal Calafell. "Se trata de una fundación estrechamente vinculada a las patronales agropecuarias Sociedad Rural y Carbap", sugirió una nota. El periódico asocia a Calafell con Cecilia Pando, quien posee "un amplio staff de predicadores provenientes del ámbito militar". La imagen de Pando en los primeros cacerolazos de junio es la favorita por 6.7.8 y el programa de TV Duro de Domar para definir la protesta del 8N. También lo es para dirigentes K con fuerte llegada en las redes sociales, como Luis D'Elía, quien insiste en que que se movilizan "los ricos de Santa Fe y Callao". En edición dominical de 6.7.8, se presentó un informe sobre "la marcha de Clarín y del odio", que "no es espontánea ni independiente" ya que "hay un grupo de personas vinculada a la ultraderecha, que está detrás de la organización". El programa ultra K situó en ese espacio político al PRO, la Sociedad Rural, la Fundación Libertad y Progreso, a la que tilda de "neoliberal y conservadora" y la Alternativa Social, "el partido neonazi de Alejandro Biondini". Marcha "política". El ministro de Planificacion Federal, Julio de Vido, también incluyó a Mauricio Macri como potencial organizador. "Ya que Macri dice que se siente representado por el 8 de noviembre, sería bueno que se ponga al frente y, desde una tarima en el Obelisco, explique cuál es su plan de gobierno, si es que tiene uno". La agencia estatal Télam también ligó el 8N con los dirigentes de la oposición. "A pesar de su intento por despegarse de políticos opositores y mostrarse como independientes los caceroleros cuentan con el impulso, las adhesiones y el aliento de dirigentes políticos de la oposición" tales como "el sindicalista Luis Barrionuevo, las diputadas nacionales Elisa Carrió, Patricia Bullrich y Laura Alonso, los diputados Francisco De Narváez y Eduardo Amadeo, y el gobernador de Córdoba, Juan Manuel de la Sota". Otra mirada. En cambio, Página/12, con un talante más moderado, habla llanamente de los "organizadores de la protesta contra el Gobierno" aunque igualmente buscaron falencias de la organización al afirmar que "a través de acusaciones cruzadas, desmentidas y solicitadas, quedaron en evidencia los problemas que tienen a la hora de ponerse de acuerdo en algo que no sea la oposición al gobierno nacional". De acuerdo con el diario, "la limitación a la venta de dólares, que tanto movilizó a los manifestantes del 13-S, no aparece mencionada en ningún ítem del extenso punteo". "Los organizadores prefieren que la protesta no quede reducida a esa consigna y por lo tanto decidieron obviarla", aseguran.


El ideólogo del "8N Yo No Voy", negó haber sido contratado por el Gobierno 

FALACIAS Y OCULTAMIENTOS DEL PUBLICISTA JORGE SCHUSSHEIM

 En un nuevo pograma de P+-, diferentes periodistas manifestaron su postura frente a lo que será el 8N, día en el que está programada una manifestación contra el Gobierno. Gustavo Noriega, Gabriel Levinas y Jorge Schussheim —recientemente señalado como miembro de la agencia de marketing que busca desactivar la protesta— estuvieron en la mesa del programa analizando las convocatorias convocadas por Internet, la participación de los políticos y periodistas en las protestas populares y sus los objetivos. “Me resulta curiosa esta dicotomía, de los que van a la marcha son espontáneos y los que no están pagos por el Gobierno. Patricia Bullrich se dejó guiar por celos y su pedido de informes está basado en la nada. Está buscando ruido y protagonismo, que ha perdido mucho”, se defendió Schussheim, quien pertenece a la agencia S+C+W (Schussheim, Cosin, Weinsteiner) Estrategias en Marketing Político, experta en acciones comunicativas implementadas en las redes sociales y de donde salió la consigna “8N yo no voy”, y que, según denunció Patricia Bullrich, fue contratada “para promover las acciones de gobierno y centrarse específicamente en desbaratar las movilizaciones organizadas desde la sociedad civil en general”. “La campaña del 8N Yo No Voy está basado en la campañas virales de Obama, quien puso a Internet como medio principal. El pedido carece de importancia y validez”, agregó el publicista.



Dudan que el kirchnerismo sea democrático 

Elementos que hacen dudar que el kirchnerismo sea democrático

LA PARADOJA DEL SAPO SUMERGIDO EN AGUA TIBIA

Sutilmente al principio y ahora sin anestesia, como el sapo sumergido en agua fría que lenta pero inexorablemente se calienta al punto de ebullición sin reacción alguna, el kirchnerismo destruyó y degradó al extremo los últimos vestigios de la democracia y convirtió en “democracia” lo que en realidad es una dictadura encubierta. Desde el 25 de octubre de 2003, nefasto hito del comienzo de la Era KK, bajo la apariencia de un régimen de normalidad constitucional, se fueron avasallando uno a uno los derechos de disentir, expresar libremente las ideas por la prensa, entrar y salir del país, invertir y desarrollar industria lícita y el manejo del patrimonio y la propiedad privada. Terminamos siendo esclavos de lo poco o mucho que pudimos conseguir con nuestro esfuerzo, pues para poder conservar nuestros bienes venimos pagando un peaje desproporcionado. Peor aún nos fue en el área seguridad, ya que todos los días muere gente inocente a manos de delincuentes muchas veces con la connivencia de las fuerzas políticas y de seguridad. Que el Congreso Nacional se haya convertido en un mero apéndice del Poder Ejecutivo, plasmando en leyes los caprichos presidenciales, parece tan normal como ser precavidos a la hora de salir de casa mirando hacia todos lados a la espera de un ataque furtivo. Las pocas joyas que alguno pudiere tener no pueden ser lucidas ya que resultan atractivas para lúmpenes arrebatadores, sin que intervengan fuerzas de seguridad hambreadas y desprestigiadas. El negocio de la seguridad, generando inseguridad como fuente y sustento, se ha convertido en un servicio imprescindible para una sociedad atemorizada. Pero lo peor es cuando desde la tribuna presidencial o desde los escaños legislativos se arengan parcialidades y se provoca a quienes no comparten el Nuevo Credo KK. Hemos visto en los últimos días cómo se aprueban leyes atropellando las minorías opositoras, sin permitir debate alguno e imponiendo por la fuerza del número la concreción de disparates legales, entre las cuales se encuentran el voto de los menores de 16 a 18 años, el instituto del per saltum e inclusive el presupuesto nacional. También presenciamos, impasibles e impotentes, cómo se manipula la Justicia para imponer un juez afín al gobierno en el escandaloso tratamiento de la Ley de Medios Audiovisuales y particularmente en la que se ha erigido en la Madre de Todas las Batallas: La Guerra Gobierno vs Grupo Clarín, con motivo de la medida cautelar que suspende la aplicación del ya famoso art. 161 relacionado con la obligación de desinversión. La última aparición del siniestro Andrés “Cuervo” Larroque en el ámbito de la Cámara de Diputados dejó en evidencia el fanatismo mesiánico de un personaje del elenco presidencial que se atrevió a faltarle el respeto a toda la sociedad. La única excusa es que estuviera bajo el efecto de sustancias prohibidas. Como en los encuentros deportivos no estaría demás requerir una rinoscopia a los legisladores, antes y después de las sesiones. Así como se aprobaron en forma express esas leyes, también sobrevendrán otros disparates jurídicos y legislativos, con obvia aprobación de la reforma constitucional que permita la reelección indefinida, satisfaciendo así el sueño de Diana Conti de la “Cristina Eterna”. Sería mucho mejor que la diputada ahora hiperkirchnerista se ocupe de su esposo, Enrique Dratman implicado en la mega causa conocida como Mafia de los medicamentos, pues aunque el juez Norberto Oyarbide como una maniobra de distracción haya detenido a dos perejiles en las últimas horas, “El Quique” Dratman en algún momento deberá comparecer ante la Justicia. Argentina ha perdido su sistema democrático, los tres poderes han quedado resumidos en el Ejecutivo que hace lo que le viene en gana, y para eso ha destruido todos los organismos de control, colocando jueces y conjueces afines, desmantelando la oficina de fortalecimiento de la democracia y destruyendo la libertad de prensa, a la par que aniquiló nuestra credibilidad ante el mundo. Ayer la presidente dijo que el gobierno tiene dólares y con ellos pagará a sus acreedores. Sería muy interesante saber quiénes son los tenedores de esos bonos que con tanto entusiasmo ordenará pagar nuestra cleptómana regente.



¿Desesperación oficial? 

Los desaciertos del Gobierno ante el 8N 

"Hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy tan seguro". Albert Einstein. La desesperación tiene muchas veces los rostros más impredecibles. Uno de ellos es la estupidez. Es lógico: cuando no se sabe cómo actuar, se apela al célebre e inmanejable manotazo de ahogado, que puede llevar a las sendas más desconocidas y peligrosas. Es lo que ocurre en estas horas, luego de que el Gobierno manifestara su elocuente falta de reflejos frente a la marcha que se prepara para el próximo 8 de noviembre. Es que, en su desesperación por desactivar esa mega manifestación, el oficialismo ha cometido todos los errores posibles. Si es que existe un manual de desaciertos, este ha sido puntillosamente estudiado y llevado a cabo desde la mismísima Casa de Gobierno. Veamos por qué.

Primer error: es contradictorio sostener que no existe preocupación alguna por el 8N por parte del kirchnerismo, al tiempo que se instruye a blogueros y periodistas K —dinero mediante— para que manchen el espíritu de la movilización. ¿Cómo se entiende que se movilice a toda una tropa oficial si en teoría no hay inquietud por lo que va a ocurrir?

Segundo error: apelar a la mentira para ensuciar la marcha, asegurando que hay motivaciones concretas detrás de esta. Es posible que pequeños grupos con intereses personales se inmiscuyan en la movida, pero no tienen nada que ver con el real espíritu de la misma. Lo único que logra el Gobierno con esta afirmación, es que muchos de los que hasta ahora no se mostraban convencidos de concurrir, terminen de hacerlo.

Tercer error: buscar organizadores interesados en torno al armado de la manifestación. La acusación es tan ridícula que cae por propio peso. ¿Quién tendría poder de convocatoria como para agrupar a millones de personas en todo el país? ¿Realmente nos quieren hacer creer que a través de inocentes redes sociales se puede liderar una protesta de tal magnitud? Si así fuera, ¿por qué las páginas de Facebook que arman los rentados cyber militantes tienen tan poca adhesión?

Cuarto error: victimizarse hablando de un intento de desestabilización contra el Gobierno. Si existe semejante movida, ¿por qué el kirchnerismo no hace la correspondiente denuncia ante la Justicia? En lugar de ello, el ministro Julio Alak ha impulsado un expediente judicial contra periodistas de este medio por incitación a escraches y cacerolazos, el cual increíblemente permanece bajo secreto de sumario desde hace meses. De más está decir que, como decisión editorial, Tribuna de Periodistas ha optado desde un primer momento por no opinar sobre las manifestaciones y cacerolazos. Debe decirse que, si se hubiera optado por lo contrario, no configuraría esto delito alguno.  

Quinto error: utilizar el aparato de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) para atacar a los "enemigos del modelo". Al usar los recursos del Estado en contra de sus propios financistas —es decir, los ciudadanos— se deja abierta la puerta a una denuncia por malversación de fondos públicos. Otra cuestión: el inaudito escrache se lleva a cabo a través de la tergiversación de datos en medios alineados al kirchnerismo como los diarios Tiempo Argentino y Página/12, paradójicamente vinculados al espionaje local. Los periodistas de TDP están curados de espanto a ese respecto: en esos medios los han acusado de golpistas, antisemitas, desestabilizadores, menemistas, duhaldistas, clarinistas, etc, etc. Tal rosario de acusaciones termina siendo contradictorio en sí mismo y poco creíble. Esa conducta hace que los medios referidos sean cada vez menos consumidos.  

Sexto error: subestimar a la ciudadanía. Quienes salen a las calles a protestar lo hacen por su hartazgo ante tanta corrupción y cercenamiento de sus libertades. Si estos buscaran en verdad derrocar al gobierno, ¿por qué esperaron nueve años y medio para hacerlo? De todas las acusaciones oficiales mencionadas, esta última es la más disparatada. Los ciudadanos no saldrían a las calles si obtuvieran respuestas concretas por parte del Gobierno. Sin embargo, ante el persistente silencio oficial no parece haber alternativa. ¿Qué debería hacer la sociedad? ¿Reclamar ante jueces que claramente están alineados al oficialismo? Le será muy difícil al kirchnerismo explicar la enorme convocatoria del próximo 8 de noviembre sin caer en supuestas conspiraciones. Aún cuando intente desestimar la protesta diciendo que los manifestantes son en realidad “ingratos ciudadanos de clase media”, ¿cómo minimizar el impacto de tamaña muestra de fuerza popular? ¿Es acaso delito protestar si no se pertenece a la clase más pobre de la Argentina? El nerviosismo del Gobierno por lo que ocurrirá el próximo jueves es evidente, eso está claro. Lo más doloroso para sus funcionarios parece ser el hecho de no poder hacer nada al respecto. Todas las opciones que oportunamente se evaluaron fueron inmediatamente descartadas por su predecible ineficacia, principalmente la idea de Luis D’Elía de hacer una contramarcha. ¿Quién apoyaría una movida llevada adelante por un enriquecido “piquetero”, cuyos hijos cobran sueldos desorbitantes en la Anses? Lamentablemente para los K, la fiesta parece haberse acabado y las inquietudes oficiales se empiezan a hacer cada vez más notorias. Es muy similar a lo vivido en los últimos años del menemismo, cuando las divisiones internas se empezaron a hacer evidentes. Antes de insistir con su obcecación, Cristina debería mirar a otros dos espejos de la historia que peligrosamente se parecen a lo que se vive en estos días: uno es el reflejo de lo sucedido en 2001, cuando Fernando De La Rúa terminó fuera del poder luego de mostrarse desinteresado en movilizaciones sociales similares a las de ahora. El segundo es el que le tocó vivir a Raúl Alfonsín en 1989, luego de intentar tapar los problemas de la economía con las mismas herramientas discursivas que hoy utiliza el kirchnerismo. En ambos casos, el final de la historia ha sido casi calcado. ¿Debe presumirse entonces que es eso lo que busca Cristina?

martes, 6 de noviembre de 2012

Rechazo a la re-reelección diputados

 
Rechazo a la re-reelección diputados

Rechazo a la re-reelección diputados firman el documento Diputados firman el documento en rechazo a la re-reelección El número de adherentes garantiza el freno a una posible reforma; firmaron el compromiso diputados de la UCR, el Frente Peronista, Pro, la Coalición Cívica, FAP y Proyecto Sur; a oposición refuerza hoy su postura contra de la reforma de la Constitución y la re-reelección de Cristina Kirchner.Diputados de casi todos los bloques no kirchneristas presentan en el Congreso el mismo documento contra la reforma constitucional que la semana pasada firmaron 28 senadores. El número de diputados, más de un tercio de la Cámara, adherentes garantiza el freno a una posible reforma. Tras emitir los motivos de su decisión, los diputados se mostraron con una remera con la insignia "No a la re-reelección". Tal como ocurrió en la Cámara alta, la idea fue reunir la mayor cantidad de firmas para dejar en evidencia que el kirchnerismo no tendría los dos tercios de votos que la Constitución exige, tanto en el Senado como en Diputados, para sancionar una ley de necesidad de reforma. Firmaron el documento diputados de la UCR, el Frente Peronista, Pro, la Coalición Cívica, FAP y Proyecto Sur, el bloque de Fernando "Pino" Solanas. Unidad Popular, el bloque que lidera Claudio Lozano y Elisa Carrió, en cambio, manifestaron su rechazo.


domingo, 4 de noviembre de 2012

El voto a los 16 es inconstitucional

TODAS LAS NORMAS QUE DEBERÍAN CAMBIARSE PARA PONERLA EN PRÁCTICA 

Anoche, la Cámara de Diputados aprobó y convirtió en ley el proyecto que permite votar a los jóvenes de entre 16 y 18 años, luego que obtuvo la media sanción en el Senado. El kirchnerismo logró su "hazaña" con 131 votos a favor, contra solo dos en contra. Sin mencionar las 123 ausencias de la oposición que se indignó por las palabras injuriosas del camporista Andrés Larroque. Luego de que esto ocurrió, muchos estallaron en aplausos y hasta volaron papelitos de festejo. La alegría no podía ser mayor: lograron sacar "como por un tubo" una norma que quería Cristina Kirchner. Sin embargo, no hay mucho para festejar: la ley es inconstitucional. Es que, en su artículo 37 asegura que "el sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio". Esto va en contra de la modalidad "optativa" que le dio el oficialismo a la norma votada. Mal que les pese a los legisladores K, esto es insalvable. La única manera de resolverlo es modificando la Constitución Nacional, para lo cual no tienen las mayorías necesarias. Pero no solo esa cuestión debe ser salvada. Tal como publicó Tribuna de Periodistas el pasado 23 de octubre, deben modificarse muchas otras normas: "En caso de convertirse en ley la propuesta del kirchnerismo, se deberán alterar más de seis leyes además del Código Electoral Nacional, con el fin de adaptar todo el sistema electoral para permitir la inclusión de estos nuevos electores. Entre otras cosas, se deberá modificar el primer artículo del Código Electoral, que dirá que son electores nacionales 'los argentinos nativos y por opción desde los 16 años y los argentinos naturalizados desde los 18 años'", según se dijo entonces. Por su parte, la Ley de Ciudadanía establecerá que 'los argentinos que hubiesen cumplido los 16 años gozan de todos los derechos políticos conforme a la Constitución y a las leyes de la República'. Además, el DNI ya no se actualizaría a los 16, sino que ese trámite deberá adelantarse a los 14 años. Por lo visto, los legisladores del kircherismo tienen muy poco para festejar.

sábado, 3 de noviembre de 2012

El Plan K contra Clarín


Un fantasma asusta al kirchnerismo: que el 7-D no cambie nada

Dentro del gobierno de Cristina Kirchner cunde cierta desesperación. Cada vez más voces agitan el fantasma de que el 7-D sea un fracaso político. La Presidenta se notificó de que es muy probable que la Justicia renueve la medida cautelar que cae el 7 de diciembre y que beneficia al Grupo Clarín para que no se apliquen los artículos de la ley de medios audiovisuales que lo obligaría a reducir sus licencias. Si el multimedio obtuviera la ampliación de la cautelar, el Estado no podría "actuar de oficio" para "hacer cumplir la ley": pese a sus advertencias, ese mismo 7-D no podrá concursar las licencias excedidas del cupo que fija la ley para cederlas a otros dueños, reconocieron altas fuentes del Gobierno. Hacerlo sería desobedecer a los jueces y enfrentar una situación de extrema polémica. "Esto podría ser un fuerte fracaso político. Es posible el 7-D sea un día como cualquier otro un allegado a la jefa del Estado, que descansa en El Calafate. Cristina Kirchner le prometió a su entorno, hace días, "llevarse puesto a Clarín el 7-D". Aunque no se resignan, a los kirchneristas les gana la ansiedad en el mes previo. El Grupo Clarín pidió hace semanas ampliar la cautelar que caerá el 7 de diciembre próximo, según dispuso la Corte Suprema de Justicia. Pero el juez de primera instancia rechazó el pedido y el grupo apeló ante la Cámara Civil y Comercial, que lo estudia. Por eso el Gobierno comenzó a denunciar y a recusar camaristas -en los que desconfía- con diversos pretextos, para frenar esa ampliación. El 7 de diciembre debería vencerse la medida cautelar. De todos modos, ante una apelación de cualquiera de las partes, la Cámara podría conceder la ampliación: en su fallo del 22 de mayo pasado la Corte Suprema estableció que es un derecho del demandante hasta que haya sentencia. Esto lo sabe la jefa del Estado. En ese caso, el Gobierno no podría controlar las licencias de Clarín y culparía a la Justicia de ser "un poder que obstruye a otro poder" y producir así un "conflicto de poderes". Se configuraría así la "gravedad institucional" para exigir a la Corte que tome el caso, y lo apure, con un recurso de per saltum. "Jugamos todas las fichas al per saltum", dicen en Balcarce 50. Esos argumentos fueron usados ayer por el ministro de Justicia, Julio Alak, en la conferencia de prensa en que anunció nuevas denuncias contra un juez de la Cámara Civil y Comercial. Así las cosas, para desmembrar a Clarín, con la ley en la mano, la Presidenta necesitaría una de dos alternativas: o un fallo firme, en tiempo récord, que ratifique la constitucionalidad de la ley, o hacer caer la medida cautelar y concursar las licencias. Trabajará en ambas direcciones. Para eso, la Presidenta ordenó actuar en dos frentes a Alak y al jefe del Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Para trabar la extensión de la cautelar en la Cámara, arremetieron con denuncias y recusaciones a los camaristas. El Estado se apoderaría así de sus licencias. Ésa es una pata del plan. La otra alternativa: un fallo en firme que convalide la constitucionalidad de los artículos 45 y 161 de la ley. Ello obligaría a Clarín a reducir sus licencias en un año. Ese fallo definitivo sólo podría salir de la Corte. Por ello apenas se sancione la ley de per saltum, el 14 del actual, el Gobierno presentará ese recurso ante la Corte para saltear a la Cámara y que tome el caso con celeridad por "la gravedad institucional". Pero el fallo del máximo tribunal difícilmente saldría antes del 7 de diciembre, como quiere el Gobierno, sino que como mínimo se podría conocer después del verano, creen en la Casa Rosada. Y mientras tanto es muy probable que vuelva a regir una cautelar que proteja a Clarín. Ése sería el peor escenario para el Gobierno. Al menos en el corto plazo.

Fuente consultada 1

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