Báez avaló la embestida contra CFK y ahora la complica con
una carta
El empresario dio el visto bueno para que su hijo apuntara
contra la ex presidenta. Leandro Báez dice que difundirá una carta de Cristina
donde aconseja ir contra el primo de Macri.
Un mensaje escrito a mano por la ex presidenta Cristina
Fernández de Kirchner y el visto bueno de su padre Lázaro Báez para activar su
estrategia son las cartas de Leandro Báez (26) para apartar al juez federal
Sebastián Casanello de la investigación que tiene a su padre y a su hermano
Martín tras las rejas por la ruta del dinero K.
El menor de los varones del empresario kirchnerista sostiene
que la familia guarda una carta manuscrita de Cristina Fernández de Kirchner
dirigida a Lázaro en prisión. Pero el manuscrito de puño y letra nunca llegó a
manos del empresario. Como Báez ya estaba preso, recibió una transcripción. Por
seguridad, la familia resguardó la supuesta misiva. Así lo confirmaron
allegados a la familia Báez a PERFIL. Dicen que no presentarán la supuesta
prueba de que la ex mandataria está involucrada en la causa de lavado de dinero
hasta que el expediente no cambie de juez.
La estrategia judicial de la familia, paralela a la de Báez
y su hijo Martín, es comandada por Leandro, ante la negativa de su hermano
Martín de declarar como arrepentido. Es apoyada por su madre, Norma Calismonte,
y su hermana Luciana. Está a cargo de los abogados Claudia Balbín y Santiago
Viola, ajenos al entorno de los abogados de los Kirchner y de Báez. Los
abogados incluso se acercaron a Martín Báez para ofrecerle su defensa pero el
hijo mayor de Lázaro rechazó la oferta y prefirió quedarse con los abogados de
su padre. Los allegados a la familia Báez creen que Martín obedece a su padre
sin cuestionarlo.
Leandro Báez no está imputado en la causa por “la ruta del
dinero K” pero el jueves pasado designó defensores ante el juzgado de
Casanello, pidió ser tenido como parte ante los embargos a sus bienes dictados
por el magistrado y hace dos días dio un giro de 180 grados y presentó un
escrito pidiendo al juez que se aparte de la causa y diciendo lo que Lázaro y
Martín Báez no dicen: sugirió que su padre es el testaferro de la familia
Kirchner, que no es el dueño de dinero que se lavó a través de paraísos
fiscales y que la cadena de responsabilidades en el caso no se termina en él.
A pesar de los trascendidos, no hubo gritos ni reclamos
telefónicos de Lázaro y Martín, aseguran en el entorno de los Báez. Leandro
recibió la aprobación de su padre. Lázaro no llegó a leer el escrito que
presentaría su hijo ante el juez pero no opuso resistencia ante el aviso. Le
dijo que lo entendía. Leandro Báez lo interpretó como la venia para decir lo
que su padre no puede.
Cómo comenzó. La prisión de Lázaro, y los embargos sobre los
bienes de Leandro y sus hermanos comenzaron a plantar la semilla de la
estrategia. Los Báez viven encerrados en sus casas y tienen todo su patrimonio
y cuentas inmovilizadas. Sólo pueden manejarse con efectivo y temen represalias
de los kirchneristas.
El disparador final para presentarse ante la Justicia fue la
declaración del magistrado en La Nación del domingo: Casanello confirmó que
elevará a causa contra Báez a juicio oral antes de fin de año.
La familia y sus abogados interpretaron que eso implica que
la Justicia no investigará a los Kirchner.
El juez les contestó en un duro escrito que se mantendrá al
mando de la investigación y que es otro juez, Julián Ercolini, quien debe
investigar la responsabilidad de los ex funcionarios en el reparto de la obra
pública y el supuesto cobro de sobornos.
La misiva de Cristina Kirchner habría sido escrita ante las
versiones de que Báez estaba negociando con el fiscal Guillermo Marijuán
declarar como imputado arrepentido y colaborar con la investigación para llegar
a los Kirchner.
En la carta, la ex presidenta supuestamente pide a Lázaro
Báez que no admita la comisión de delitos ante la Justicia, que declare la
legalidad del dinero que fugaron hacia el exterior y que introduzcan a la
familia Macri en el caso: debía mencionar a Angelo Calcaterra, el primo de Mauricio
Macri que lidera Iecsa, una contratista de obra pública.
Lázaro Báez había tendido puentes con la
fiscalía a cargo de Marijuán para convertirse en el segundo “colaborador
eficaz”, después de Leonardo Fariña.
Pero el empresario kirchnerista de la obra pública
necesitaba más tiempo. Pidió una prórroga para su segunda indagatoria. Ante la
negativa del juez Casanello y del fiscal, Báez presentó un escrito, que
coincide con los supuestos pedidos que la familia le endilga a Cristina
Fernández de Kirchner.
Rápidamente, un grupo de legisladores del kirchnerismo pidió
que Calcaterra sea investigado en la misma causa judicial.
La decisión de Leandro Báez no fue impulsiva. Se meditó
durante semanas. Apuntó contra al juez Casanello porque, según dice, encumbra a
Báez como “la cabeza”, “el jefe” de las actividades ilícitas para blanquear
millones de dólares, pero, dice, no busca determinar “quién es el verdadero
dueño del dinero” que manejaba Báez ni “a quien respondía” el empresario. Esas
son precisamente las acusaciones que apuntan contra Cristina Kirchner y otros
funcionarios, como el ex ministro Julio De Vido.
La revelación de Leandro Báez busca instalar en la causa la
figura de “un jefe” que decidía y comandaba por encima de Lázaro Báez.
Asimismo, la estrategia pretende bajar la responsabilidad penal de su padre en
la maniobra de lavado y conseguir, tal vez, su libertad. Si Lázaro Báez va a
juicio oral antes de fin de año, estará al menos dos años en prisión.
Para lograrlo Leandro Báez cree que necesita otro juez y de
ahí toda la estrategia judicial desplegada que dio un violento vuelco a la
causa de la ruta del dinero K.
Suiza promete ayuda por las cuentas bancarias
El embajador de Suiza ante la Argentina, Hanspeter Mock,
aseguró que en su país “no hay voluntad de obstaculizar procedimientos” en los
que se investiga lavado de dinero, luego de las quejas de Justicia federal por
la presunta falta de colaboración del país europeo.
Los cuestionamientos se profundizaron luego de que se
supiera que Néstor Marcelo Ramos, titular de la financiera Helvetic Service
Group, atribuida al empresario Lázaro Báez, circula libre por Suiza, donde
reside, pese a que recayó sobre él un pedido de captura internacional realizado
por el juez Sebastián Casanello. El magistrado tiene a su cargo la causa de “la
ruta del dinero K”, que investiga la fuga al exterior de millones de dólares y
euros por parte de Báez.
A partir del testimonio del “valijero” arrepentido Leonardo
Fariña, Casanello emitió una orden de captura para Ramos. Pero este abogado,
que vive hace una década en Suiza, se presentó en un juzgado suizo el 17 de
mayo para comparecer en una audiencia por una querella que le realizó a un
periodista. Entró y salió libremente. “Suiza si bien tiene fama de ser un país
que se conoce por el secreto bancario, esa fama va a tener que ser revisada,
porque desde 2009 el Gobierno ha decidido cambiar”, aseguró el embajador.
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