La señora Kirchner con el hijo de Báez |
El Gobierno protegió a Hotesur,
una sociedad anónima de los Kirchner
La red de protección dentro de la
Inspección General de Justicia (IGJ, dependiente del Ministerio de Justicia)
llega hasta la cúspide misma del poder. Porque al "cepo informativo"
que se montó para cuidar al vicepresidente Amado Boudou por el caso Ciccone, se
sumó una cobertura especial para Hotesur, la sociedad anónima con la que el
matrimonio Kirchner controla el hotel Alto Calafate. Así surge de los registros
internos del organismo que fueron vistos por LA NACION y analizados por tres
expertos.
Hotesur adeuda balances, no
informa quiénes integran su directorio desde hace años y sus actuales
directores incumplen la normativa contra el lavado de activos que dictó la IGJ,
que obliga a detallar si alguno de ellos son "personas políticamente expuestas"
(PEP).
Los incumplimientos de la firma
controlante del Alto Calafate no terminan allí. Presentó su declaración jurada
obligatoria de actualización de datos meses después de vencido el plazo. A
diferencia de lo que ocurrió con otras empresas, ni por ese incumplimiento ni
por los otros fue sancionada con las multas previstas por la normativa vigente.
Esta protección no es aislada. Se
suma a la que tuvieron tres empresas de Lázaro Báez (Austral Construcciones y
las petroleras Epsur y Misahar), socio del matrimonio presidencial, y a la
Asociación y Fundación Madres de Plaza de Mayo, que lidera Hebe de Bonafini,
tal como reveló LA NACION en enero y mayo pasados, lo que provocó la apertura
de una investigación penal.
Pero el caso de Hotesur es más
sensible. Se trata de la sociedad que en 2008 adquirió Néstor Kirchner y que
después de su muerte quedó bajo el control de su esposa y sus dos hijos, Máximo
y Florencia.
El desembarco de los Kirchner en
Hotesur se plasmó en la asamblea general ordinaria del 7 de noviembre de 2008,
según consta en la copia que obtuvo LA NACION, cuando renunció el directorio
anterior y asumió otro conformado por una sobrina -la fiscal Romina Mercado- y
un socio del ex presidente en la inmobiliaria, Osvaldo Sanfelice, además de
Adrián Berni -el máximo ejecutivo de Lázaro Báez en Valle Mitre- y otros
hombres del entorno compartido por ambos: Alejandro Fermín Ruiz, Patricio
Pereyra Arandia y Roberto Saldivia.
El listado de nombres resulta
singular. Porque Hotesur figura como dueña, a su vez, del hotel de lujo Alto
Calafate, con el que siete empresas de Báez, por medio de Valle Mitre, firmaron
acuerdos confidenciales y retroactivos por los que le garantizó el pago de 935
habitaciones por mes, durante 2010 y 2011, sin importar si sus empleados usaban
esas reservas o no, ni si se trataba de temporada alta o baja.
Así, y sólo por el del Alto
Calafate, el matrimonio presidencial recaudó más de $ 10,1 millones de Baéz. De
ese monto, más $ 6,3 millones correspondieron a 2010 y $ 3,7 millones al año
siguiente, cuando ya había fallecido el ex presidente.
El caudal de ingresos millonarios
y garantizados por Báez, sin embargo, no llevaron a Hotesur a mantener ordenado
su legajo en la IGJ, el organismo que depende del Ministerio de Justicia y que
se encuentra a cargo de supervisar las sociedades comerciales domiciliadas en
la ciudad de Buenos Aires.
Por el contrario, en los
registros internos de la IGJ figura que Hotesur adeuda sus balances
correspondientes a 2011 y 2012, en tanto que la última designación de
directorio corresponde a esa asamblea que se celebró en noviembre de 2008, con
mandato hasta la asamblea que debía tratar el ejercicio con cierre el 31 de
octubre de 2009.
Incógnita
De esta manera, mientras que la
firma Hotesur no detalla cuáles son sus ingresos, gastos, patrimonio neto,
flujos, activos, pasivos, bienes, ni ningún otro dato propio de sus balances
desde por lo menos tres años, quiénes integran su directorio actual resulta una
incógnita para la IGJ. Sin embargo, el organismo no le inició ningún trámite de
intimación por ese motivo.
Según el estatuto interno de
Hotesur, sus directorios se conforman con mandatos por tres años, pero aún así
durante sus primeros ejercicios los renovaron cada año.
De ese modo, si desde 2009
mantuvieron la tradición de conformarlos cada 12 meses, la sociedad no informó
sus cuatro últimos directorios. Y si pasó a cambiarlos cada tres años, faltan
dos: el de 2009 y el de 2012, es decir, el posterior a la muerte de Kirchner en
octubre de 2010 y la declaratoria de herederos en 2011, según reconstruyó LA
NACION.
La consecuencia de ese vacío
resulta sustancial: si la Justicia le requiriera datos sobre Hotesur, para la
IGJ el directorio que sigue en funciones -al menos en su registro formal- sería
el de 2008, aún con el plazo de su mandato ya vencido en exceso.
Hotesur sí se movió, sin embargo,
para cumplir con la presentación de la declaración jurada que impuso la
Inspección General de Justicia, resolución general 1/2010 para la
"actualización de datos" societarios. Se registró con el número de
trámite 2843515 recién el 28 de abril de 2012. Y, según cotejó LA NACION, el
organismo reaccionó con parsimonia: un año y medio después continúa bajo
"proceso de análisis".
Mientras la IGJ cajonea ese
"análisis", sin embargo, el 3 de julio pasado la Cámara en lo
Contencioso Administrativo Federal ordenó en durísimos términos revocar el
"cepo" informativo que rige dentro de la IGJ desde la gestión de Norberto
Berner para bloquear el acceso público a todas las sociedades vinculadas a
Boudou.
Sin embargo, las autoridades de la IGJ apelaron ese fallo e incluso lo extendieron menos de dos meses después. Así quedó expuesto en la Providencia DSC 1325/2013 que firmó el director de Sociedades Comerciales de la IGJ, Pablo Larrañaga, para impedir que un abogado de la matrícula obtuviera copias de la documentación que la firma suiza Helvetic Services Group debió presentar ante la IGJ.
Aún así, desde el organismo
sostienen que ese cerrojo a la información no existe. Al punto que el actual
titular del organismo, Rodolfo Tailhade, "llamó a desmitificar la
construcción mediática del «cepo informativo»".
"Desde algunos medios de
comunicación se quiere instalar la idea de cierto oscurantismo, de un organismo
cerrado que se niega a interactuar con la sociedad", afirmó Tailhade en
una conferencia que brindó el 12 de noviembre. "De ninguna manera existe
esa suerte de «cepo», como lo han caracterizado, ni en relación a la
información, ni en cuanto al modo de funcionamiento del organismo",
remarcó.
Sin embargo, cuando LA NACION
solicitó información de manera oficial sobre Hotesur SA -con el mismo
formulario y sellado con el que hasta principios de 2012 obtuvo datos de otras
sociedades-, resultó imposible.
Una llamativa sociedad entre los
Kirchner y Báez
Irregularidades sugestivas en
torno al hotel Alto Calafate
Cómo es La trama
Hotel de lujo en El Calafate
La firma Hotesur, que los
Kirchner controlan desde 2008, es propietaria del hotel de lujo Alto Calafate,
en Santa Cruz
Incumplimientos sin sanción
Adeuda balances e información
sobre la conformación de su directorio desde hace varios años, sin que la IGJ
la sancionara
Normas antilavado
Hotesur incumple además normas
antilavado de la IGJ que obligan a las sociedades a informar si uno o más de
sus integrantes son "personas políticamente expuestas" (PEP)
Acuerdos con Lázaro Báez
Mediante su firma Valle Mitre,
siete empresas de Lázaro Báez firmaron convenios confidenciales con el hotel,
para garantizarle la ocupación de 935 habitaciones por mes en 2010 y 2011.
Los hoteles de los Kirchner, por
dentro
Cómo son los establecimientos de
lujo que el matrimonio presidencial explota en El Calafate y que fueron
"alquilados" por Lázaro Báez
ázaro Báez "alquiló"
tres hoteles que pertenecen a los Kirchner entre 2010 y 2011 por más de $14
millones de pesos. Se trata de establecimientos de primer nivel ubicados en El
Calafate, que ofrecen distintos servicios y perfiles para los turistas.
Alto Calafate
Es el hotel cuatro estrellas es
controlado por la sociedad Hotesur, que Cristina Kirchner heredó de Néstor.
Tiene 103 habitaciones. Ubicado sobre la ruta 11, en las afueras de la ciudad
de El Calafate, ocupa un lugar de privilegiada vista. Entre sus servicios,
cuenta con un menú internacional y otro patagónico. Además, ofrece para sus
clientes un gimnasio, un sauna una piscina y un spa.
Los Sauces
Se trata de un hotel boutique de primera categoría. Cuenta
con 42 suites distribuidas en 6 casas independientes con que buscan emular las
"casas de campo patagónicas", con un living central con hogar a leña
y varias suites. Entre ellas se encuentran las habitaciones VIP, como la Master
Suite (una de las más caras) y la "Evita" ambientada con libros,
fotos y cuadros de la esposa del ex presidente Juan Domingo Perón.
Las Dunas
En tanto, tal como reveló LA NACION, Lázaro Báez desembolsó
más de $3 millones para "alquilar" la hostería Las Dunas, a pesar de
que en los papeles figura a nombre del ex empleado del banco de Santa Cruz.
Esta hostería está ubicada en las afueras de El Calafate y tiene acceso directo
a la playa del Lago Argentino. El establecimiento tiene doce habitaciones con
vista panorámica al Cerro Calafate. En su restaurante ofrece comida de autor y
un menú regional.
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/1648592-los-exclusivos-hoteles-de-los-kirchner-por-dentro
http://www.lanacion.com.ar/1649133-el-gobierno-protegio-a-hotesur-una-sociedad-anonima-de-los-kirchner
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