Cómo es el tráfico de senegaleses en Argentina
Los traían al país, cobrándoles hasta 6 mil dólares, vía
Gambia y Ecuador, para luego hacerlos ingresar por tierra. Aquí, quedaban en
deuda con sus traficantes y explotadores (oriundos también de Senegal) y
trabajaban como manteros en Capital y en Bahía Blanca.
Meses atrás, se conoció una trama siniestra de tráfico y
trata de personas: unos 75 senegaleses fueron traídos al país para ser
explotados luego como manteros (en la venta de mercadería ilegal). Se trató de
un entramado complejo, que incluyó la falsificación de pasaportes, el traslado,
la recepción de las personas traficadas en varios países y la evasión de
controles migratorios. Además, el cobro, por parte de los explotadores, de 6000
dólares para sacar a las víctimas de su país de origen y traerlos a la
Argentina.
Los hombres captados por esta red fueron primero trasladados
desde Senegal hasta Gambia, donde se les otorgaban pasaportes de esa
nacionalidad. Según explicaron desde el misterio de Seguridad,
desde allí, eran trasladados a Ecuador, que no les requiere visado a quienes
cuenten con ese pasaporte. Una vez que llegaban al país latinoamericano, los
esperaba alguien. La consigna, al salir de Gambia y al llegar a Ecuador era
clara: nunca mencionar que el país de destino sería Brasil o la Argentina.
Finalmente, desde Ecuador, eran "bajados" por
tierra. Primero, a Perú, donde algunos relatan que para ingresar, pasaron
"a pie" un río. Luego, los trasladaban, también por pasos ilegales, a
Brasil, con un derrotero que los llevaba por varias ciudades. Finalmente,
terminaban en la Argentina, donde desembarcaban en la localidad de Bernardo de
Irigoyen, provincia de Misiones, para luego ser trasladados en colectivo hasta
la ciudad de Buenos Aires.
En Dakar, -la ciudad en el que algún integrante de la banda
los "reclutaba"-, les prometían trabajos formales, con los que
podrían saldar sus deudas con los traficantes y hacer una vida digna en el
país. Pero cuando llegaban, se encontraban con un escenario muy distinto. Eran
forzados a vender mercadería ilegal, tanto en Capital Federal como en Bahía
Blanca, donde fueron arrestados los líderes de la organización.
Lo que se desprende de uno de los testimonios, es que les
quitaban el pasaporte y, al llegar aquí, alegaban que el documento seguía
estando en Senegal. ¿Cómo comenzó la investigación? Tuvo su puntapié inicial el
14 de febrero de 2018, por una denuncia realizada por Julián Marcelo Curi,
quien fuera entonces Subdirector Nacional de Migraciones y Presidente de la
Comisión Nacional para los Refugiados (Conare).
Desde esa dependencia, se informó que cinco ciudadanos
senegaleses "habían otorgado elementos para detectar una maniobra de
ingreso ilegal de personas a la Argentina". Tres de esos cinco expresaron
que tenían deseos de volver a su país y todos coincidieron en que la migración
se debió a la falta de empleo y la pobreza que viven en su país de origen.
En relación a la investigación, Rodrigo Bonini, Director
Nacional de Investigaciones del Ministerio de Seguridad de la Nación, dice:
"Este caso tiene la particularidad de que se identifica por primera vez
una organización de ciudadanos extranjeros -integrada por tres senegaleses- que
traían a ciudadanos de Senegal para explotarlos laboralmente aquí en la
Argentina, en distintos puntos. Uno era la ciudad de Buenos Aires, otro la
provincia de Buenos Aires -con epicentro en Bahía Blanca-. Nos encontramos
simplemente con una fase de una red transnacional. Estas tres personas,
actualmente procesados y con prisión preventiva, funcionaban como una especie
de pata de logística y recepción de senegaleses en nuestro país".
Con respecto a la cantidad de víctimas, Bonini aclara:
"se entiende que, según estas declaraciones que constan en la denuncia
presentada por Migraciones al Juzgado Federal N° 8 del doctor Martínez De
Giorgi y los resultados de la presente investigación, esta red a la que
pertenecían los tres detenidos en nuestra investigación habría movilizado unas
75 víctimas de este sistema".
Para Horacio García, Director Nacional de Migraciones,
hacerle frente a las redes transnacionales de tráfico y trata, requiere un
esfuerzo especial para evitar el ingreso ilegal al país. "Somos el país
más abierto de toda América. Nosotros radicamos a 720.000 personas del mundo en
tres años y medio. Por eso tenemos que tener una clara política en contra del
tráfico de personas y de la trata de personas. Es importante entender que la
Argentina tiene 9500 kilómetros de frontera, mientras que, la de Estados Unidos
con México tiene 3000".
Con respecto a la dinámica de la explotación, García agrega:
"La persona que trae a la víctima ejerce un señorío sobre la persona que
están explotando y constantemente hay extorsiones para quitarles el
dinero".
Desde su propia experiencia, Alika Kinán, sobreviviente de
una red de trata para la explotación sexual y directora del Programa de
Estudios, formación e Investigación sobre Trata y Explotación de la Universidad
de San Martín, cuenta que la forma de operar de estas organizaciones delictivas
siempre deja a la víctima en "deuda" con su tratante. "La
maniobra era descontarles dinero mes a mes, año a año, en función de lo que
ellos van ganando, cuando en realidad son reclutados para ser explotados.
Laboralmente, en este caso".
TN
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