La empresa de los Kirchner motivó tres alertas de lavado
Por Emilia Delfino | El Banco de Santa Cruz admitió ante la
Justicia movimientos sospechosos de Hotesur. No los reportó a la UIF.
El área de prevención de lavado de dinero del Banco de Santa
Cruz recibió tres alertas sobre Hotesur, la empresa hotelera de la familia
Kirchner, ya que se detectaron movimientos supuestamente sospechosos de dinero
en la cuenta bancaria de la compañía. Sin embargo, la entidad bancaria decidió
no reportarlas a la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo
antilavado. Así surge del expediente judicial al que accedió PERFIL y en el que
se investigan supuestas irregularidades administrativas y presunto lavado de
dinero en la firma presidencial.
La banca no sólo les perdonó a los Kirchner haber realizado
movimientos sospechosos de dinero y cheques, sino que además tomó las medidas
necesarias para proteger a su cliente y evitar que volvieran a dispararse
alertas sobre sus manejos financieros. Pero, a pesar de la buena voluntad del
Banco de Santa Cruz, Hotesur siguió realizando manejos inusuales de fondos y la
banca tuvo que modificar el perfil de su cliente para que no volvieran a saltar
las alertas. Tampoco sirvió.
El juez Claudio Bonadio citó a una de las autoridades del
banco a declarar en diciembre, antes de que lo desplazaran como juez de la
causa. El magistrado citó a una autoridad del Banco Santa Cruz, cuyo nombre
este diario se reserva. Las áreas de prevención de lavado de activos de los bancos
reciben alertas cuando sus clientes tienen movimientos sospechosos de fondos en
sus cuentas bancarias. Por ejemplo, si su saldo habitual no supera nunca una
determinada suma y de repente recibe fondos que multiplican esa cifra.
El bancario admitió que la entidad recibió una primera
alerta en septiembre de 2012. La entidad requirió “información adicional” a la
empresa de la familia Kirchner para que justificaran ese movimiento inusual de
fondos. La compañía presentó declaración de IVA y sus estados contables, y para
el banco se encuadraban “dentro de la normalidad”. Así, decidió no reportarlo.
Pero Hotesur comenzó a manejar cada vez más dinero. La segunda alerta fue en
enero de 2013; el banco volvió a pedir información a la empresa y “se ajustó el
perfil” del cliente para que siguiera operando con más fondos.
En marzo de 2014, “un cúmulo de transferencias y cheques que
superaban el perfil del cliente”, ya actualizado, volvió a activar una nueva
alerta de operación sospechosa. “Se presentaron los estados contables a octubre
de 2013 y se consideró que las operaciones eran normales dentro de la
información recibida”. Por eso, dijo el testigo, se desestimaron las alertas y
nunca se avisó a la UIF.
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