Pidió la indagatoria de la hermana Inés, a quien se ve en un
video ingresando bolsos de dinero al convento; también apuntó contra la madre
Alba y la mujer de López; hubo 11 llamadas con las religiosas esa noche
fiscal federal Federico Delgado sostuvo ayer que las
religiosas del monasterio Nuestra Señora de Fátima "colaboraron" con
el ex secretario de Obras Públicas José López para "ocultar los
rastros" de su enriquecimiento ilícito. Con este fundamento, pidió que una
de ellas fuera citada a indagatoria y otra, revisada por médicos para
determinar su "estado mental".
El 14 de junio pasado, de madrugada, López les tocó a la
puerta cargando bolsos con casi nueve millones de dólares. Delgado afirmó ayer
que Alba Día de España Martínez Fernández (la madre Alba) y Celia Inés Aparicio
(la hermana Inés) no sólo lo esperaban: le abrieron las puertas de madrugada,
lo ayudaron a entrar los bolsos, no se inmutaron a pesar de que él llevaba un
arma, lo tuvieron dentro del monasterio una hora y media, y, cuando llegó la
policía, "intentaron impedir su ingreso".
La hermana Inés es la religiosa que, vestida con un hábito,
cargó los bolsos junto con López, según se ve en el video del monasterio
difundido anteayer que está en poder de la Justicia. La madre Alba es la
responsable del convento y quien, según el fiscal, acordó la visita de López.
En las horas previas a su llegada, ella habló varias veces
con la mujer del ex funcionario, Ana Amalia Díaz. Delgado pidió ayer la
indagatoria de Díaz, a quien acusó de haber intervenido en el "incremento
patrimonial ilegal" de su marido. También solicitó las declaraciones como
acusados del contador Andrés Galera y el empresario Eduardo Gutiérrez,
supuestos testaferros de López.
Ahora, el juez de la causa, Daniel Rafecas, decidirá si hace
lugar a los pedidos de Delgado. Ayer, por lo pronto, citó a declarar como
testigos a seis policías que intervinieron en la detención de López para que le
cuenten, en detalle, cómo fue la actitud de las monjas esa madrugada. Los
policías deberán presentarse hoy, a las 9, informaron fuentes judiciales. Ellos
ya testificaron en el caso, pero centrados en la figura de López.
Además, Rafecas le pidió a Delgado, que tiene delegada la
investigación, que le entregara el expediente para estudiar todas las pruebas
reunidas hasta el momento antes de decidir sobre las indagatorias. Lo recibió
en su despacho al mediodía.
Una prueba clave, de acuerdo con el dictamen del fiscal, son
los registros de las llamadas telefónicas entre López y su mujer, y entre ella
y la madre Alba, todas del 13 y el 14 de junio.
Delgado destacó que mientras López estaba en su
"raid" para "ocultar los millones de dólares", su mujer
entabló once conversaciones con la madre Alba. La primera fue a las 20.35 del
13; la última, a la 1.29 del 14. Según el fiscal, esos contactos, "en
apariencia inocuos", son importantes porque la madre Alba era la
responsable del "lugar elegido por López para esconder su botín".
Si Delgado no pidió aún la indagatoria de esta religiosa fue
porque duda de que esté en condiciones de enfrentar un proceso. Tiene más de 90
años y hay pruebas testimoniales que ponen en tela de juicio su estado de
salud. Por eso, el fiscal quiere que primero la revisen los médicos.
"López no llegó por obra del acaso. Lo hizo de manera
planificada y con el asentimiento de las monjas. Ellas lo esperaron. Antes
hablaron por teléfono. Le abrieron las puertas a la madrugada e intentaron
impedir el ingreso de las fuerzas de seguridad", afirmó el fiscal. Destacó
además que mostraron "mucha tranquilidad" a pesar de que López traía
un fusil.
Fuentes judiciales destacaron que la propia madre Alba contó
que estaba prevista la visita de López. Ella declaró que él la había llamado
por la mañana y le había dicho que quería verla, que estaba mal. Dijo que no
apareció y que volvió a llamarla de madrugada. Un dato llamativo, advirtieron
en los tribunales, es que no habría registro de esas llamadas.
Las comunicaciones que sí tiene probadas la Justicia son las
22 entre López y su mujer, entre el mediodía del 13 de junio y la madrugada del
14. Pero además hubo una llamada de Díaz a la línea fija de una oficina de
Lavalle 1312, en la zona de Tribunales. Delgado cree que López estaba allí y se
encontraron. La última llamada entre la pareja es a las 3.16. "Díaz estaba
al tanto de que su marido intentaría borrar pruebas de su enriquecimiento
espurio", afirmó el fiscal.
Delgado sostuvo además que ella estaba
"preocupada" y que eso quedó demostrado con la declaración de su
amiga Claudia Monsalbo, que dijo que Díaz la había llamado el 13 a la tarde.
"Me contó que estaba con su marido en una oficina que tienen en la zona de
Tribunales -testificó Monsalbo-, creo que habían discutido, porque me pidió que
rezara por ella."
http://www.lanacion.com.ar/
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