Cuando Cristina quería expulsar a Barrionuevo por quemar
urnas en Catamarca
En 2003, la entonces senadora se enfrentó a su propio
partido por las maniobras electorales: "Se están demoliendo las
instituciones", denunciaba.
En los actos o cadenas nacionales de los que participó desde
los recientes comicios en la provincia de Tucumán hasta hoy, la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner no hizo mención alguna a los graves incidentes
electorales que ocurrieron, como la quema de urnas o los ataques a fiscales de
mesa. Sin embargo, en 2003, la entonces senadora fue la cabeza de la embestida
parlamentaria contra su par en la Cámara alta, Luis Barrionuevo, de quién pidió
su expulsión del cuerpo por, precisamente, la quema de urnas.
El martes 25 de marzo de ese año, la Comisión de Asuntos
Constitucionales del Senado responsabilizó al dirigente gastronómico por los
graves episodios de violencia que forzaron la suspensión de los comicios a
gobernador en esta provincia, el 2 de marzo previo.
Las crónicas de aquellos días cuentan que el senador había
calificado como "proscripción" la inhabilitación de su candidatura.
Sin embargo, la Justicia Electoral de Catamarca había sido clara: no cumplía
con el requisito de cuatro años de residencia efectiva inmediata a la fecha de
los comicios. El día de las elecciones se produjeron piquetes, ataques
vandálicos a los centros de votación apostados en las escuelas, y hasta robo y
quema de urnas.
Llegado el 26 y 27 de marzo (la reunión se extendió hasta la
madrugada), el Senado trató el pliego emitido por la comisión presidida por
CFK, quien mantuvo un caliente debate, no sólo con la oposición sino con sus
propios compañeros de bancada. Ejemplo de esto es que el entonces duhaldista
Miguel Ángel Pichetto criticó en contadas ocasiones su exceso de verborragia en
el uso del micrófono y la todavía frepasista Diana Conti también le reprochó la
longitud de su discurso.
No obstante, sin mostrar signos de cansancio a pesar de la
enérgica defensa de Barrionuevo que ejercía la mayoría del Senado, Cristina
pronunció las siguientes duras palabras respecto de la quema de urnas, las
cuales son transcripción literal de la versión taquigráfica de esa sesión:
"Se han acompañado numerosas pruebas en el expediente en materia de video
y publicaciones. (...) Tenemos una foto que muestra al senador Barrionuevo con
una urna en la mano. Hemos podido probarlo en la comisión con fotos. Puede
verse con toda claridad que las urnas que se queman son las del día de la
elección. Inclusive hay testimonios en el expediente que así lo
acreditan".
Y sentenció: "Pero además, más allá de que está probado
que son las urnas del día del comicio —y así no lo fueran—, una urna es por
sobre todas las cosas el símbolo vivo de la democracia. Es el lugar donde se
deposita la voluntad popular. La razón por la cual nosotros estamos sentados
aquí es el voto popular. Ya perdió importancia si eran o no de la interna. Yo
quiero que ustedes me digan si es posible que esto pueda suceder. Esas imágenes
recorrieron el mundo, al igual que la fotografía de un senador de la Nación con
una urna en la mano, celebrando que no se habían podido llevar a cabo las
elecciones por los hechos de violencia".
La actual mandataria denunció que –según el informe del
Tribunal Electoral Permanente de la provincia de Catamarca— se habían destruido
cerca de "novecientas urnas, de las cuales el sesenta por ciento están
deterioradas, y las otras trescientas aproximadamente nunca más
volvieron".
Cristina apeló entonces a mirar los medios de comunicación
para enterarse de las noticias y los incidentes en Catamarca: "También
están las imágenes que vieron los treinta y siete millones de argentinos. No
hacía falta ser senador de la Nación para saber estas cosas y verlas. Bastaba
encender la televisión o la radio el 2 de marzo, y hacerse cargo cada uno de lo
que tenga que hacerse cargo en esta historia".
"No es un problema de peronistas o de radicales. Es un
problema de si estamos dispuestos a hacer respetar las instituciones. Se
equivocan los que creen que defendiendo a José Luis Barrionuevo están
defendiendo al peronismo. Se están demoliendo las instituciones",
argumentó y luego concluyó con el pedido oficial: "Por estas
consideraciones y por las pruebas que están incorporadas en el expediente es
que la Comisión de Asuntos Constitucionales solicita la exclusión de José Luis
Barrionuevo del Senado de la Nación".
Quienes votaron entonces la expulsión fueron además de la
propia senadora, sus pares Nicolás Fernández, los puntanos Liliana Negre de Alonso
y Raúl Ochoa, la santafesina Roxana Latorre, el chubutense Marcelo Guinle, la
mendocina María Cristina Perceval y la cordobesa Beatriz Halak.
Tras doce horas de debate, el Senado rechazó el pedido y
Luis Barrionuevo pudo continuar con su banca en el recinto. Faltaron sólo siete
votos para alcanzar los dos tercios requeridos por la Constitución Nacional.
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