La justicia uruguaya ordenó la detención del presunto
testaferro del vicepresidente Amado Boudou, Alejandro Vandenbroele, por su
reiterada negativa a presentarse en Montevideo a defenderse de las sospechas
por lavado de activos que lo rodean en ese país, según confirmaron fuentes
judiciales de ese país.
La orden de detención se sumó así al pedido de extradición
que dispuso el juez penal en Crimen Organizado Néstor Valetti. Lo ordenó luego
de que Vandenbroele faltara dos veces a las citaciones indagatorias en las que
debía explicar una transferencia desde Uruguay con la que financió a The Old
Fund y tomó el control de la ex Ciccone Calcográfica.
De este modo, si Vandenbroele ingresara a territorio
uruguayo como otros miles de turistas argentinos durante la temporada de verano
quedaría detenido en el acto.
El único rostro visible de The Old Fund optó, sin embargo,
por refugiarse en Mendoza durante el verano, donde cumple con el régimen de
visitas de la hija menor de edad que tuvo con su ex mujer Laura Muñoz.
Procesado por el juez federal Ariel Lijo como presunto
partícipe necesario de Boudou y de su socio José María Núñez Carmona en los
delitos de cohecho y negociaciones incompatibles y a la espera de una decisión
de la Cámara Federal de Apelaciones, Vandenbroele sobrellevó contratiempos
públicos durante los últimos meses. El último, en una plaza de Mendoza, donde
afrontó las recriminaciones de quienes lo reconocieron.
En Uruguay, Valetti y el fiscal Juan Bautista Gómez
pretenden que explique el origen de los US$ 620.000 que la sociedad Dusbel SA
transfirió en bonos y desde Montevideo a una cuenta bancaria de The Old Fund en
la Argentina. El 2 de febrero del año pasado Vandenbroele faltó a la primera
cita judicial. Planteó que el juez en lo Comercial Javier Cosentino había
decretado su prohibición de salir de la Argentina hasta el 5 de mayo al
decretar, otra vez, la quiebra de la ex Ciccone. Casi siete meses después, el
28 de agosto, el ex abogado monotributista faltó por segunda vez a su
indagatoria en Montevideo. Su defensor, Germán Soria, dijo que Vandenbroele
estaba "dispuesto a colaborar con la justicia uruguaya", pero pidió
declarar en un tribunal argentino.
El juez Valetti y el fiscal Gómez rechazaron ese planteo
-las leyes uruguayas lo habilitan para los testigos, pero no para los
indagados-, por lo que el magistrado resolvió pedir su extradición a las
autoridades argentinas por vía diplomática.
La justicia uruguaya centra las sospechas de lavado en
Dusbel, la sociedad anónima en la que Vandenbroele figura como
"beneficiario final", según consta en documentos oficiales de ese
país que obtuvo LA NACION. Por eso, Valetti también ordenó congelar todas las
cuentas de Dusbel en Uruguay. La pesquisa uruguaya comenzó poco después de que,
el 17 de marzo de 2012, revelara el rol que Dusbel asumió en la red
de sociedades detrás de la ex Ciccone.
Dusbel se había quedado con la mitad
de las acciones de The Old Fund a fines de octubre de 2010, pese a que la
sociedad uruguaya aún no había completado el trámite de radicación en la Argentina.
Esa radicación inconclusa no le impidió a Dusbel participar
en la asamblea extraordinaria de accionistas que The Old Fund celebró el 29 de
octubre de 2010 en el microcentro porteño, mientras se desarrollaba el
velatorio del ex presidente Néstor Kirchner. Y a cambio de aportar US$ 620.000
pasó a controlar el 50% de las acciones de The Old Fund, dueña a su vez del 70%
de la ex Ciccone.
Tras la revelación de LA NACION, la unidad antilavado
uruguaya, que depende de su Banco Central (BCU), analizó los registros y
movimientos de Dusbel en su país, estimó que presentaban "apariencia
delictiva" y el 17 de abril de 2012 solicitó a la Justicia que abriera una
investigación por "lavado de activos".
Vandenbroele ya dio una explicación sobre Dusbel en los
tribunales argentinos. Fue a fines de 2012, cuando presentó un escrito ante el
juez Lijo, en el que adjudicó esos US$ 620.000 a Mayer Business Corporation,
una sociedad panameña del ex banquero Raúl Moneta.
Sin embargo, la reconstrucción de esa transferencia muestra
varios puntos oscuros. Entre otros, que en la operatoria de los US$ 620.000
participó P. T. Bex Bursátil, una firma uruguaya a la que también recurrieron
el ex tesorero del Partido Popular (PP) español Luis Bárcenas para mover más de
US$ 19 millones ilegales, y el financista amigo de Lázaro Báez Ernesto Clarens.
El "salvador" de la imprenta
Alejandro vandenbroele
Ex apoderado de The old fund
En la Argentina está procesado en la causa Ciccone. Uruguay
lo busca por presunto lavado de dinero
El pedido del juez
Como faltó a dos indagatorias en la causa que se le sigue
por blanqueo de activos, la justicia uruguaya pidió su captura
La defensa
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