Pensaban lanzarla en marzo, pero la crisis apresuró los
tiempos. Van a desplazar comisarios y fusionar gran parte de las
departamentales de investigaciones (DDI).
La fuga de los condenados por el triple crimen aceleró los
tiempos: la gobernadora, María Eugenia Vidal, encarará un plan de noventa días
de saneamiento y reestructuración de la Policía Bonaerense que va a desmantelar
la estructura actual, que se asienta en 74 comisarios “coordinadores”.
El nuevo esquema va a fusionar departamentales de
investigaciones (DDI), repondrá la junta de clasificación de agentes, se
revisarán legajos y sumariados, como también implicará el pase a retiro,
forzado o no, de comisarios y personal jerárquico.
Ayer, en una reunión, Vidal y el ministro de Seguridad,
Cristian Ritondo, acordaron avanzar con mayor celeridad tras el clima de
extrema tensión que generó la triple fuga. Inicialmente lo habían previsto para
marzo, en un contexto de transición ordenada. Los planes cambiaron.
En noventa días, prometen, se terminará de implementar la
primera fase. “Sabemos que va a ser un proceso minado de zancadillas y
vueltos”, contemplan en el Gobierno.
Cambios. La reforma implica en primer lugar cambiar la
lógica de funcionamiento que hoy tiene la Bonaerense: una estructura de
pirámide invertida con “lógica de punteros”, según describen en el oficialismo.
“El ingreso y ascenso de una serie de comisarios producto de acuerdos políticos
es una burocracia generada por designaciones a dedo y pago de favores”,
describen cerca de Ritondo. Y aseguran que “entre los que deciden y los que
ejecutan hay demasiados estratos”.
Habrá menos DDI. El ejemplo: la salida del jefe de la DDI de
Quilmes implica que la departamental de La Plata se quede con el manejo.
A su vez, a las 74 coordinaciones (que articulan el trabajo
de las policías comunales, con las viales y las rurales) se le sumará una
reducción en el área de antinarcóticos e investigaciones.
¿Qué ocurrirá con todo el personal jerárquico? “Muchos
tendrán otras funciones, algunos van a pasar a retiro, otros tendrán retiros
voluntarios y a otros se los va a remover directamente”, aclaran en la
Gobernación. Paralelamente, el plan contempla el regreso de las juntas de
clasificación de desempeño policial, un trabajo que Daniel Scioli había dejado
de lado para evitar roces con la fuerza. De ello dependerá un sistema de
premios y castigos que podría incluir bonos salariales.
También habrá una revisación minuciosa de legajos, en
especial en los casos de sumariados con causas difusas o vagas. Uno de los
asesores de máxima confianza de Ritondo se sorprendió cuando abrió, por primera
vez, un Excel de los sumariados: en muchos de ellos no había una causa de peso
para separarlos de su cargo. Sólo generalidades. Otro punto será la inversión.
Se comprarán patrulleros nuevos (tres de cada diez están inutilizables), armas,
chalecos antibalas, motos y cascos. Además se busca cambiar el sistema de
comunicación, que aún no está encriptado y permite una fácil interceptación.
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