Hallazgo en el Banco Nación: Boudou había armado un
"boliche bailable" en un despacho
Lo encontró Carlos Melconian, actual presidente de la
entidad, al recorrerla. Eso no es todo: Cristina hizo un helipuerto y “camarín
presidencial “ en Tecnópolis. Algunas son postales del uso abusivo de los
recursos públicos.
Carlos Melconian tuvo una sorpresa durante su primera
jornada en el Banco de la Nación. Ocurrió cuando fue a recorrer los despachos
del nuevo directorio: uno estaba cerrado y sin llave. Se trata de la oficina
que tenía asignada en el BNA el ex vicepresidente Amado Boudou y que ahora ocupa
–después del trabajo del cerrajero– Enrique Szewach.
Tuvieron que forzar la puerta y ahí encontraron otra
sorpresa: Boudou había armado para su ocio en ese despacho un verdadero
"boliche bailable", con luces psicodélicas de colores y equipos de
música.
Cristina Kirchner amaba Tecnópolis, y por eso decidió
aumentar su confort: descubrieron en el predio un helipuerto solo para el uso
personal de la ex presidenta y un salón que se denominaba "camarín
presidencial". Cristina lo utilizaba para embellecerse antes de sus
apariciones públicas en el predio.
Miguel Galuccio, que sigue en YPF, y un conjunto de ex
directores habrían cobrado abultados sobresueldos en negro, al margen de los
millonarios honorarios obtenidos de la petrolera.
Los tres hechos tienen distinta naturaleza. Pero un punto en
común: el uso discrecional que el "cristinismo" hizo del poder del
Estado para sacarle provecho personal, económico y partidario.
Las centenas de denuncias de corrupción a los funcionarios
confirman esta estrategia del ex gobierno: servirse del Estado y evitar que
–realmente– se fortaleciera estructuralmente.
Anteayer Alfonso Prat-Gay dio el número del despilfarro:
denunció que Axel Kicillof le dejó un rojo de 7,1 % del PBI, equivalente a
impresionantes 420.000 millones de pesos. Así rompió por primera vez el cerco
impuesto por la Casa Rosada, que frena blanquear el "campo minado"
que dejó Cristina.
El ministro lo sufre todos los días. Antes de irse, el
gobierno anterior usó todo el dinero posible que el Banco Nación tiene
autorizado prestarle al Tesoro. Ya no tiene recursos para financiar y el Banco
Provincia, en rojo, sobregiró a La Plata 30.000 millones de pesos.
Prat-Gay anunció un programa de metas decrecientes de
inflación. La estrategia arranca con pautas muy conservadoras y que implican
una decisión política de Mauricio Macri: posterga llevar adelante un ajuste de
la economía porque tratará de financiar con mayor deuda el fuerte
desequilibrio. El plan sigue las instrucciones del nuevo relato mediático de
Jaime Durán Barba e instrumentado por su alter ego, Marcos Peña.
El propio Macri mete la cuestión en cada decisión economía
que le traen, a través de sus auditores predilectos: Gustavo Lopetegui y Mario
Quintana. Ambos tiene una orden: que ninguna medida económica afecte el caudal
político de Macri. Los dos convocaron –hace 10 días– a una reunión de gabinete
económico apenas hubo un deslizamiento del dólar. Al iniciarse la reunión, el
Presidente interpeló a sus ministros: "¿Qué pasa que el dólar pasó los
14?" Después hubo criticas al campo por no vender lo prometido y ahora
saldrá un nuevo cronograma de liquidación para las cerealeras, de modo de
garantizar un dólar estable debajo de 14 pesos.
La estrategia genera resultados en la imagen del Presidente
en el corto plazo, pero abre muchas incertidumbres económicas en el mediano:
sin orden fiscal parece insostenible mantener el dólar estable y reanimar la
economía, a menos que entren los dólares de un fuerte endeudamiento. Esos
peligros continuarán en la medida que el Gobierno siga decidido a avanzar sin
tener un programa económico de estabilización antiinflacionario, que dé la
solidez necesaria a la evolución económica y a la inversión.
La economía tiene un serio rebote inflacionario y una caída
pronunciada en los últimos tres meses. Brasil complica todo. Por eso es crucial
la negociación externa con los fondos buitre. Ayer en la Jefatura de Gabinete
se insistía en que la orden política que tiene Prat-Gay es acelerar al máximo
la negociación.
Peña pretende hacer una negociación exprés: cerrar en un mes
el acuerdo y abrir el grifo del endeudamiento y así moderar el ajuste. Prat-Gay
es más cauto. Conoce las dificultades, y habla de un trimestre.
Por eso el miércoles Luis Caputo dejó claro el deseo de
Argentina de negociar. Igual tuvo un encontronazo con los fondos buitre:
cuestionó el aumento exponencial de las deudas, por el ajuste de los intereses
punitorios que aplicó Thomas Griesa. Se trata de los bonos FAN, que
precisamente tiene en su poder Paul Singer. La discusión formal no empañó el
resultado de un encuentro hermético y paralelo entre el propio Caputo y el
abogado Robert Cohen, del fondo MNL.
La reunión se habría echo en Manhattan en un discreto
restaurant. Caputo habló de acuerdo, pero planteó las dudas que existen en
Buenos Aires sobre el deseo real de negociar que tienen los buitres. Según
Economía, los fondos buitre quieren retrasar el acuerdo porque poseen bonos que
siguen acumulando los intereses de una tasa altísima y entonces prefieren esa
demora para engrosar su reclamo final a la Argentina.
Esta es la información confidencial que manejan los bancos
de Wall Street, como Goldman Sachs, JP Morgan, HSBC y Deutsche Bank. Según los
banqueros, Caputo y Cohen, que estaría por retirarse de MNL, hablaron de
alternativas de pago que viabilicen un acuerdo factible para ambas partes.
En Wall Street se sostiene que la propuesta Argentina
incluirá dos cuestiones:
– Se van a desconocer los altos intereses de la deuda en
litigio.
– Se pedirá una quita inicial del 30% y a pagar en bonos a
largo plazo.
Ocurrirá en una decena de jornadas. Ese plan de pago tendría
una reacción inicial: el rechazo de Paul Singer.
http://www.clarin.com/
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