La nave rusa nunca llegó a la Argentina. El contrato esconde
un desvío millonario vía Suiza a firma relacionada con Dromi.
Un grupo de directivos de Enarsa –la empresa estatal de
energía creada por Néstor Kirchner– bautizó hace algunos años el caso como la
historia del Perla negra, una narración fascinante que contaba el fatídico
derrotero de un barco de gas importado por el que el Estado pagó millones de
dólares, aunque nunca arribó a la Argentina.
En honor al mítico barco fantasma de la saga hollywoodense
Piratas del Caribe, el relato cuenta el frustrado itinerario de un buque
metanero de gas natural licuado (GNL) adquirido en agosto 2008 por la empresa
estatal de energía, que entre 2004 y 2012 funcionó bajo la exclusiva órbita del
Ministerio de Planificación que dirigió Julio De Vido.
El cargamento debía arribar a Buenos Aires a más tardar el
17 de septiembre, según el contrato que revela hoy. Pero nunca completó su
recorrido. La maniobra esconde un desvío de fondos millonarios del Estado hacia
Suiza.
Este medio accedió a documentación que corrobora la
veracidad de ese episodio, que podría convertirse en una pieza clave para
indagar sobre la metodología utilizada
por Enarsa para seleccionar a las empresas proveedoras de GNL, un negocio que desde
2010 a la fecha costó US$ 14.148 millones según datos oficiales y se convirtió
en una de las grandes causales de la escasez de dólares en la economía
local.
El 5 de agosto de 2008, Enarsa –creada por Néstor Kirchner
en 2004 a fin de administrar, entre otros rubros, la millonaria cuenta de los
subsidios energéticos– firmó un contrato con Contrater Consulting SL, una firma
española con sede en Madrid sin ningún tipo de experiencia en el sector
energético. Contrater Consulting fue contratada por la empresa estatal
argentina para adquirir un buque metanero de gas desde Rusia. Para ese entonces
no existía ninguna terminal de GNL operativa en ese país (la primera se
inauguró un año más tarde).
El documento está redactado en inglés bajo el título “Sales
and purchase contract Russian liquid natural gas”. Su difusión empieza a dar
entidad a las sospechas transmitidas en los últimos años desde usinas
empresariales y políticas en torno al presunto cobro de sobreprecios durante el
proceso de importación de gas por barco.
El convenio firmado con Contrater Consulting deja en
evidencia que Enarsa contrató a una empresa ignota que no contaba con avales
suficientes para operar como trader de GNL (ver página 17) y le encomendó el
aprovisionamiento de gas, una de las áreas más sensibles del manejo energético.
Lloyd Babbel, presidente de Contrater Consulting, firmó como apoderado de la
empresa. Babbel es de origen alemán y la información sobre él es prácticamente
nula.
Según el extracto bancario, Enarsa transfirió el 8 de agosto
de 2008 US$ 57.311.100 a Contrater Consulting SL (ver página 16). Monumental
cifra para una “microempresa (según la terminología utilizada por el Registro
Mercantil de Madrid) dedicada a la compra y venta al por menor y mayor,
importación, exportación y distribución de hornos industriales”. La firma no
poseía ningún tipo de experiencia en el negocio de combustibles.
Según el Boletín Oficial del Registro Mercantil de España,
la última actividad comercial de Contrater Consulting data del 12 de septiembre
de 2008. Es decir, al mes siguiente de la firma de convenio de Enarsa y de
recibir un cobro millonario por un barco que nunca despachó. Desde entonces, la
empresa se encuentra a la deriva –fue intimada por la Justicia española a que
regularice la situación- y hoy está al borde de la disolución.
Hay más sorpresas con Contrater Consulting. Dos meses
después de firmar el contrato con la empresa estatal de energía, el 7 de
octubre de 2008 la firma española suscribió con Enarsa y Roberto Dromi una
adenda al contrato original del 5 de agosto para entregar al ex ministro
menemista los “derechos y obligaciones” cedidos por el Estado argentino a
Contrater Consulting. En otras palabras, Dysan y Dillingetia –las empresas de
la familia Dromi– se quedaron con un contrato millonario a pesar de que tampoco
tenían experiencia en el despacho de hidrocarburos. De esta forma, Dromi aterrizó en el negocio
de la importación de gas.VER DOCUMENTOS ACÁ
El contrato original entre Enarsa y Contrater Consulting
está firmado por Rubén Etcheverry, entonces gerente de Operaciones y Nuevos
Negocios de Enarsa y avalado por su presidente, Exequiel Espinosa, que llegó a
ese cargo de la mano de De Vido. Espinosa –uno de los pasajeros del avión en el
que viajó Antonini Wilson con su famosa valija con US$ 800 mil– manejó el
negocio de importación de GNL con línea directa con Roberto Baratta, ex
coordinador de Planificación.
En la adenda, Enarsa señala que a raíz de “la benignidad
climática del invierno” fue necesario importar menos GNL del previsto (alega
que se trajeron cinco de los ocho cargamentos previsto); argumenta que, en ese
marco, Enarsa le propuso a Contrater una rebaja del 30% del precio del gas,
algo que ésta no aceptó, por lo que llegó a un acuerdo privado cerrado el 22 de
septiembre con Dysan para transferirle los derechos obtenidos en el contrato
con Enarsa. Por último, estipula que la firma de Dromi se haría cargo de
concretar el envío de GNL durante el invierno de 2009.
Importación de GNL: un negocio de apuro
La Argentina comenzó a importar GNL de manera imprevista en
el invierno de 2008, cuando como resultado de la crisis energética fue
necesario traer gas por barco para cubrir la demanda residencial frente a la
caída de la producción local del fluido. La mayoría de los buques metaneros
despachados ese año fueron adquiridos directamente a la española Repsol, que
todavía era propietaria de YPF.
Lo que marca la documentación es que en lugar de convocar en
una licitación a compañías dedicadas al despacho de combustibles, el Ministerio
de Planificación optó por cerrar un acuerdo con una firma desconocida como
Contrater Consulting para que se encargara de “la primera provisión de GNL”.
Así está consignado en los puntos 4 y 5 de la adenda firmada dos meses después
con Dysan y Dilligentia, las empresas del ex ministro Roberto Dromi, que
compraron los derechos de este primer contrato e ingresaron así en el negocio.
http://www.perfil.com/
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